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CONCENTRACIÓN: FUENTE DEL MAESTRE REFINERÍA NO

CONCENTRACIÓN:  FUENTE DEL MAESTRE REFINERÍA NO CONTRA EL PROYECTO DE REFINERÍA EN EXTREMADURA

SABADO DÍA 16, A LAS 21 HORAS FRENTE AL AYUNTAMIENTO

¡¡¡NO FALTES!!!

Artículo publicado el martes 12 de abril de 2005 en "La Razón" sobre el tema de la refinería en Extremadura:

Ibarra financia un proyecto, sin plan ambiental previo, del familiar de un alto cargo del PSOE El propietario del complejo es Alfonso Gallardo, tío del influyente diputado socialista Francisco Fuentes IU ya ha denunciado la «complicidad cada vez más latente» entre el empresario y el presidente regional extremeño

Subvencionará una refinería altamente contaminante en la región vinícola más importante de la Comunidad

Se trata del proyecto industrial más importante llevado a cabo en Extremadura: la instalación de una refinería de petróleo. Tendrá el nombre de Refinería Balboa y será puesta en marcha por el grupo industrial Alfonso Gallardo, empresario extremeño que ya dispone en la región de una planta siderúrgica y que es familiar del alto cargo del PSOE, Francisco Fuentes. La Junta de Extremadura se ha lanzado a apoyar el proyecto pese a que todavía no se ha hecho público ningún informe de impacto ambiental y para la salud en una comarca de gran riqueza agrícola como Tierra de Barros .



El proyecto ha generado las protestas de numerosos colectivos ecologistas

F. J. Valero
Mérida- La Tierra de Barros, situada en el centro de la provincia de Badajoz, es una comarca de una gran riqueza agrícola, cuna de los vinos «Ribera del Guadiana», y en ella es donde se prevé la instalación del complejo petroquímico. En este punto es donde comienzan los rechazos y la oposición a la refinería que el Grupo Gallardo, apoyado por la Junta de Extremadura, que a través de la empresa pública Sofiex será uno de los principales accionistas del proyecto, pretende instalar.
Organizaciones agrícolas, asociaciones ecologistas, Izquierda Unida –la más crítica con los responsables del proyecto– y miles de vecinos de la comarca, que se han agrupado en la plataforma «Refinería No», han mostrado ya su total desacuerdo con la construcción de la planta petroquímica, de la que no se ha hecho público todavía ningún estudio de impacto ambiental.
Una opinión muy significativa es la del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (D.O.) Ribera del Guadiana, que ya ha manifestado su rechazo a la ubicación de la futura refinería, pues abrirá «grandes incógnitas» sobre el futuro vitivinícola de la comarca, que –según señalan– se encuentra en pleno proceso de reestructuración y reconversión, y que después de varios años de grandes inversiones está comenzando a dar «sus primeros resultados».
La plataforma «Refinería No» alerta de que la lluvia ácida, que provocarán las emisiones a la atmósfera de azufre cuando entre en funcionamiento la industria, supondrá «una progresiva pérdida de fertilidad del suelo de la zona», tal y como ha advertido el catedrático de Química y miembro de la plataforma Diego Díaz Grajera.
Además, desde Izquierda Unida, su coordinador regional, Víctor Casco, ha denunciado la «complicidad cada vez más latente entre el empresario –Alfonso Gallardo– y Rodríguez Ibarra», por lo que según dijo, «tendrá que explicar qué beneficios obtiene Rodríguez Ibarra de esa complicidad».
Casco lanzó al Gobierno regional la pregunta de que si por crear puestos de trabajo (se prevén 1.000 directos y unos 2.000 indirectos) conviene «destrozar» la industria del vino y aclaró que el caso de Extremadura no es el mismo que el de Puertollano, la otra refinería española que no se encuentra junto al mar, «donde la industria y la agricultura realmente no conviven porque los olivos más cercanos se encuentran a 30 kilómetros».
Sin embargo, el industrial Alfonso Gallardo, explica que la refinería «supondrá un impulso decisivo al tejido industrial de la región». Por su parte, el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha expresado que la refinería extremeña estará dotada de todos los medios para evitar la contaminación. Rodríguez Ibarra ha dejado claro que está dispuesto a «hablar con cualquiera que esté preocupado por la contaminación, pero no con quien pretenda que no se haga la refinería, porque es una decisión política que ya está tomada».
Además, su consejero de Economía, Manuel Amigo, ha indicado que la Junta no participaría en el proyecto si éste fuera perjudicial para el futuro de los vinos de Tierra de Barros después del «esfuerzo» realizado por la propia Administración regional en el sector. Pero hasta la fecha la Junta no ha hecho público ningún informe del impacto ambiental de la futura planta petroquímica. El proyecto, que cuenta desde el principio con el beneplácito y la financiación del Gobierno de Rodríguez Ibarra, se realizará en un principio sin un «socio tecnológico», ya que ni Repsol YPF, ni la petrolera portuguesa Galp entrarán en su accionariado, que estará dominado por la Junta y el propio Grupo Gallardo.
En concreto, la Junta de Extremadura, a través de la empresa pública Sociedad de Fomento Industrial de Extremadura (Sofiex), participará en la refinería realizando un importante esfuerzo financiero. Sofiex aportará el 20 por ciento del capital inicial, que será de 360 millones de euros. La futura refinería estará orientada a la producción de gasóleos y se prevé que las obras puedan comenzar en aproximadamente un año y que esté terminada en tres. El Grupo Alfonso Gallardo aportará el 40 por ciento del capital necesario para su puesta en marcha y, de esta forma, se conseguirá la extremeñidad del proyecto. Junto a ellos, varias entidades financieras completarán la lista de accionistas. La posible participación de Caja Madrid está por ahora en el aire.

1 comentario

casi -

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