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«La autovía es un despilfarro injustificable», según Julián Mora, experto en Ordenación del Territorio. Ecologistas en acción también muestra su rechazo.

«La autovía es un despilfarro injustificable», según Julián Mora, experto en Ordenación del Territorio. Ecologistas en acción también muestra su rechazo.

 «La autovía de Cáceres a Badajoz es injustificable en modo alguno». La frase la firma Julián Mora Aliseda, doctor en Geografía, profesor de la Universidad de Extremadura y presidente de Fundicotex (Asociación Profesional para la Ordenación del Territorio, el Ambiente y el Desarrollo Sostenible), colectivo que en la actualidad desarrolla el Plan Estratégico de Mérida.

«Las razones por las que no se justifica en modo alguno -explica Julián Mora- son el escaso tráfico y el hecho de que son dos ciudades sin complementariedad económica, que tienen la misma estructura socioproductiva, es decir, que cumplen las mismas funciones y ofrecen los mismos servicios, no hay en una algún tipo de oferta que se cubra con la demanda procedente de la otra».

Consecuencia de este análisis es el escaso intercambio entre las dos capitales de la provincia, de modo que, según el especialista, el número de cacereños que van a Badajoz y al revés es muy limitado. «Estamos hablando de una zona en la que la densidad de ganado es diez veces superior a la de habitantes, porque La Roca de la Sierra tiene 1.554 habitantes, y Puebla de Obando tiene 2.026, o sea, 3.580 personas entre los dos únicos núcleos de población que hay en noventa kilómetros».

El impacto ambiental

«La autovía de Cáceres a Badajoz es un despilfarro económico injustificable, y además, supondrá un gran impacto ambiental para la Sierra de San Pedro, una una de las zonas de mayor diversidad biológica de la Península Ibérica», añade el presidente de Fundicotex.

En su opinión, «sí es conveniente desdoblar la carretera actual desde el cruce de Alburquerque hasta la entrada a Badajoz y mejorar el trazado, que es muy sinuoso, en la zona de la Sierra de San Pedro, donde debería habilitarse un tercer carril».

Julián Mora Aliseda ha participado en los últimos años en la elaboración de varios estudios sobre las infraestructuras en la comunidad autónoma. Uno de ellos, realizado por el Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Uex, concluía que la carretera EX-100 (Cáceres-Badajoz) contribuye a la vertebración regional con el 1,6 por ciento de las comunicaciones.

El ejercicio teórico de los investigadores de la Universidad de Extremadura consistía en seguir el rastro de un viajero que tuviera que ir a todas las poblaciones de la región. En su trayecto, pasaría en un 36 por ciento de las ocasiones por algún tramo de la N-630, en un 17 por ciento por la N-V (Autovía de Extremadura), en un 16 por ciento por la vía que une Badajoz y Azuaga, en 11 por la Almendralejo-Castuera y en un 1,6 por ciento por la EX-100.

http://servicios.hoy.es/pg060506/prensa/noticias/Regional/200605/06/HOY-REG-156.html

 

 

Extremadura, 8 de mayo de 2006

ECOLOGISTAS EN ACCIÓN DEPLORA EL CAMBIO DE ACTITUD DE RODRÍGUEZ IBARRA RESPECTO A LA AUTOVÍA CÁCERES-BADAJOZ

Ecologistas en Acción de Extremadura lamenta que el Presidente de la Junta de Extremadura, que hasta la fecha se oponía a la construcción de una autovía entre Cáceres y Badajoz,  haya variado de opinión y atribuye dicho cambio a mero cálculo electoralista.
Los ecologistas coincidían fundamentalmente con los planteamientos de la Junta al considerar inviable dicha infraestructura por motivos ambientales, sociales y económicos.
Ambientalmente esta autovía es un disparate porque, en caso de llevarse a cabo, va a dañar gravemente uno de los parajes mejor conservados de Extremadura, la Sierra de San Pedro, que hasta la fecha estaba del desarrollismo a ultranza impuesto en otras comarcas, sobre todo de Badajoz. Una infraestructura de este tipo supondría la segmentación de un territorio que funciona como corredor de fauna y aislaría compartimentando a las poblaciones de animales que habitan la zona, algunas necesitadas de amplias áreas de campeo. Además, atraería y fomentaría un tráfico de vehículos que en la actualidad no existe y que en todo caso utilizaría el itinerario Cáceres-Mérida-Badajoz cuando en breve se termine la Autovía de la Plata. La Junta de Extremadura debe entender que las grandes infraestructuras no son la panacea para el desarrollo económico, más bien es hipotecar el futuro de la región, que no puede actuar y calcular de espaldas al Protocolo de Kioto y que España es el país que más está aumentando sus emisiones en relación al crecimiento del PIB, luego está claro que algo se está haciendo mal.
Socialmente es un contrasentido hacer una autovía allí donde no hay necesidad de ello, asfixiando su desarrollo sostenible. Si pretenden convencer a alguien de que traerá el desarrollo a localidades como La Roca de la Sierra o Puebla de Obando ignora o quiere ocultar en primer lugar que las autovías producen un “efecto succión” de personas y capitales hacia la ciudad más grande entre las que se comunican, y en segundo lugar que ya nadie atravesará y muy pocos pararán en dichas localidades. Lo que puede muchos consideran una bendición para pueblos muy congestionados de tráfico (Monesterio, Cañaveral) puede suponer la muerte de otros que no comparten dicho problema, incluso en Monesterio se ha manifestado preocupación por sus efectos negativos en la economía local.
En todo caso consideran que no se puede afirmar todavía si se va y se puede hacer esta autovía, serán el estudio informativo y la posterior evaluación de impacto ambiental los que tendrán que determinar si el proyecto es viable y ambientalmente aceptable, aunque nuevamente el Presidente extremeño en lo que podría ser otra “decisión políticamente tomada” parece decidir que el proyecto es viable e incluso aventura el presupuesto, cuando debería estar condicionado a lo que se estableciera en la declaración de impacto ambiental.
Desde Ecologistas en Acción recuerdan que una declaración de impacto ambiental  puede ser desfavorable a un proyecto o establecer medidas correctoras que es muy difícil conocer mientras no se haya evaluado ambientalmente, ya que los afectados, ayuntamientos, ciudadanos, asociaciones,... tienen derecho a manifestar sus objeciones, sugerencias o incluso su rechazo que deben ser tenidas en cuenta por parte de la administración antes de tomar una decisión.

Ecologistas en acción de Extremadura

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