CGT-Enseñanza de Cáceres denuncia la discriminación de profesores interinos y provisionales a la hora de la elección de grupos y horarios.
Comenzó el curso escolar y nuevamente viene acompañado de abusos entre compañeros en la elección de horarios, con el consentimiento de muchos equipos directivos y/o provocado por la misma administración. El hecho es que un buen número de centros no respeta la normativa de 7 de julio de 2004 que establece el modo en que debe realizarse dicho reparto de horas, o más ingenioso todavía, esquivan la normativa celebrando el claustro de comienzo de curso antes del nombramiento de los profesores en expectativas y de los interinos.
Lo que aparentemente es un defectillo tiene todos los años a un tercio del profesorado privado de sus derechos y al mismo tiempo deslegitima a la propia normativa que comienza este apartado invocando a criterios pedagógicos y organizativos fijados en el Claustro, pero ¿ qué Claustro?
En este curso concretamente hay centros que han celebrado el Claustro el 1 de Septiembre de 2005 por la mañana, sin embargo el nombramiento de los profesores en expectativas fue a mediodía y los interinos fueron llamados unos días después. De esta manera, cuando éstos llegaron a los institutos se encontraron en muchos casos con los horarios ya confeccionados; sin opción a elegir en las rondas que menciona el punto 132-c de la normativa y, peor todavía, sin participar en la organización de los grupos y de las materias que después tienen que impartir. Curiosamente a muchos de estos profesores se les agradeció su colaboración en la realización de los exámenes de septiembre, donde no hacía falta nombramiento. ¿ Lógica difusa o simplemente doble rasero de medir las cosas?
Las directivas de los institutos se defienden alegando que las clases comienzan demasiado pronto y que no les da tiempo a organizarlo todo si retrasan cada uno de los acontecimientos ligados al inicio de curso. Seguramente también tienen sus razones lo cual confirma la opinión de la mayoría de los profesores y sindicatos de que ha sido, como viene ocurriendo en los últimos años, un principio de curso ficticio y que además viene acompañado de roces entre compañeros.
En este sentido se proponen a continuación algunas ideas para eliminar las injusticias y agravios laborales entre profesores, mejorar la convivencia escolar y sobre todo para dar un mejor servicio a los alumnos que es de lo que se trata:
1. Incluir en la normativa la obligatoriedad de celebrar el Claustro cuando esté completo, y no a dos tercios, respetando así los derechos de todos los profesores.
2. Mayor coordinación entre la administración y los centros para fijar la fecha del inicio de curso. Se evitará que haya alumnos sin profesor , alumnos que tienen que cambiar de grupo, aulas sin material, etc.
3. Nombramiento de los interinos con antelación ya que normalmente suele ser un colectivo que tiene que desplazarse o buscar alojamiento en la localidad destinada.
Por último insistir en que el objetivo es dar soluciones para evolucionar hacia la igualdad de todos los trabajadores y preservar el derecho de los alumnos a una educación digna y no perdernos en debates buscando culpables. El problema ya está detectado y sólo basta voluntad para erradicarlo. Por consiguiente, exigimos a la administración que rectifique la normativa para hacer cumplir los objetivos que se le supone y no quedarlo en el dicho popular Quien hace la ley, hace la trampa.
http://www.agora.ya.com/cgtcaceres/
Lo que aparentemente es un defectillo tiene todos los años a un tercio del profesorado privado de sus derechos y al mismo tiempo deslegitima a la propia normativa que comienza este apartado invocando a criterios pedagógicos y organizativos fijados en el Claustro, pero ¿ qué Claustro?
En este curso concretamente hay centros que han celebrado el Claustro el 1 de Septiembre de 2005 por la mañana, sin embargo el nombramiento de los profesores en expectativas fue a mediodía y los interinos fueron llamados unos días después. De esta manera, cuando éstos llegaron a los institutos se encontraron en muchos casos con los horarios ya confeccionados; sin opción a elegir en las rondas que menciona el punto 132-c de la normativa y, peor todavía, sin participar en la organización de los grupos y de las materias que después tienen que impartir. Curiosamente a muchos de estos profesores se les agradeció su colaboración en la realización de los exámenes de septiembre, donde no hacía falta nombramiento. ¿ Lógica difusa o simplemente doble rasero de medir las cosas?
Las directivas de los institutos se defienden alegando que las clases comienzan demasiado pronto y que no les da tiempo a organizarlo todo si retrasan cada uno de los acontecimientos ligados al inicio de curso. Seguramente también tienen sus razones lo cual confirma la opinión de la mayoría de los profesores y sindicatos de que ha sido, como viene ocurriendo en los últimos años, un principio de curso ficticio y que además viene acompañado de roces entre compañeros.
En este sentido se proponen a continuación algunas ideas para eliminar las injusticias y agravios laborales entre profesores, mejorar la convivencia escolar y sobre todo para dar un mejor servicio a los alumnos que es de lo que se trata:
1. Incluir en la normativa la obligatoriedad de celebrar el Claustro cuando esté completo, y no a dos tercios, respetando así los derechos de todos los profesores.
2. Mayor coordinación entre la administración y los centros para fijar la fecha del inicio de curso. Se evitará que haya alumnos sin profesor , alumnos que tienen que cambiar de grupo, aulas sin material, etc.
3. Nombramiento de los interinos con antelación ya que normalmente suele ser un colectivo que tiene que desplazarse o buscar alojamiento en la localidad destinada.
Por último insistir en que el objetivo es dar soluciones para evolucionar hacia la igualdad de todos los trabajadores y preservar el derecho de los alumnos a una educación digna y no perdernos en debates buscando culpables. El problema ya está detectado y sólo basta voluntad para erradicarlo. Por consiguiente, exigimos a la administración que rectifique la normativa para hacer cumplir los objetivos que se le supone y no quedarlo en el dicho popular Quien hace la ley, hace la trampa.
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