DISPAREN AL LINCE (I): CENSURA POR ESCRITO

En esta casa ya hemos tenido muchos problemas con esta nueva y patética familia del régimen, tan contentos con su flamante tren eléctrico televisivo como incapaces de distinguir entre la gestión pública y la privada, y de quién proceden los recursos que manejan. Tampoco han tenido tiempo para guardar un mínimo de respeto a nuestro trabajo previo a su desembarco ni para hacerse una idea de hasta qué punto podemos resistir para mantenernos en la coherencia.Como no aceptamos sus imposiciones ni sus sugerencias -por contrato, ellos no tienen que justificar si emiten o no los programas,aún así lo hacen, y nosotros tenemos el control sobre los contenidos de cada episodio- nos hemos convertido en los apestados de la parrilla televisiva: informalidad en los horarios, destierro desde la hora punta a la siesta de los fines de semana o a la madrugada del domingo al lunes, supresión y baile de episodios, ninguna promoción y no emisión de autopromos ni de algunos capítulos bajo criterios técnicos arbitrarios...Todo vale mientras se dispare al lince. Incumplimiento de acuerdos verbales, prepotencia generalizada (más que reuniones,exigen comparecencias,como cuando ibamos al colegio) y ahora censura explícita. Los mismos que programan las películas que enaltecen los valores del franquismo y el reaganismo ("sin cortes", dicen:¿les traiciona el subsconsciente?) , que no emiten una versión original ni por equivocación, que hacen como si Portugal no existiera pese a lo que exigen sus principios de programación, quienes tienen como "estrella" a un personaje de la categoría de Agustín Bravo -capaz de avergonzar a un legionario a cambio de casi 3 millones de euros anuales de dinero público extremeño-, aquellos que nos reclamaron austeridad para hacer una televisión diferente y plural...Nunca tantos hicieron tan poco. Gendarmes de las buenas costumbres y proveedores de lo más retrógrado bajo el disfraz de la gafa de pasta y lo políticamente correcto, nos han utilizado vilmente desde el principio.Y la culpa la hemos tenido nosotros, por exceso de confianza y ansiedad.En fin...lo lamentamos,porque amamos este trabajo,a la gente que lo hace posible -impagable,literalmente- y porque vivimos de él,lo cual no es poco. Pero exigimos en su día, a cambio de estrecharnos el cinturón, independiencia, libertad y respeto.Ninguna de las tres cosas nos han sido concedidas,aunque las usamos y no aceptamos cortapisas...Estamos malheridos, pero hace falta mucha munición para acabar con un animal invisible
Continuará...
- Asociación Socio-Cultural "Aldea Moret"
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