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I Centenario Emmanuel Mounier. Conferencias en Mérida, Cáceres y Badajoz

I Centenario Emmanuel Mounier. Conferencias en Mérida, Cáceres y Badajoz I Centenario Emmanuel Mounier

Te invitamos a los actos que la Fundación Emmanuel Mounier y la Asoc. Cultural Tremn van a realizar en Extremadura en torno a la figura de este pensador francés.

9 de mayo; 20 horas.

UNED-Mérida C/Moreno de Vargas, 10 Mérida

23 de mayo; 21 horas.

Aula de Cultura de la Caja Extremadura C/Clavellina s/n Cáceres

30 de mayo; 21 horas.

Aula de Cultura de la Caja Extremadura Avda. Antonio Masa Badajoz

Conferencia: “Emmanuel Mounier; actualidad de su pensamiento” por Juan Carlos Vila, miembro de la F. Emmanuel Mounier

Emmanuel Mounier nació en 1905 en Grenoble. Sus estudios incluyeron entrenamiento en filosofía en su ciudad natal y luego en París. El estaba particularmente intrigado por los escritos tanto de Charles Peguy, acerca de quién escribió un libro, y de Nikolai Berdyaev. Un profesorado en filosofía en el Liceo De Saint Omer marcó una distinguida carrera universitaria. El abandonó el puesto en 1932 para publicar Esprit, un periódico que el esperaba iluminara un tanto espiritualmente a la malicia religiosa de Francia. Fue en este periódico en el que los principios del personalismo fueron por primera vez lanzados. Aunque la circulación del Esprit fue discontinuada en 191 debido a su prohibición por parte del gobierno, esto no silenció a Mounier mientras se convertía en un miembro activo de la Resistencia. Fue capturado en un momento, pero más tarde libertado luego de declararse en huelga de hambre. Cuándo termino la guerra, el se dirigió a la Sociedad Personalista de Londres y dio clases brevemente en el Institut Francais. Desafortunadamente, su capacidad de trabajo no pudo mantener el paso con su tenacidad física; el murió prematuramente de un ataque al corazón en 1950

Fue el creador del movimiento personalista. La filosofía personalista es la expresión del existencialismo católico o, si se prefiere, del “inconformismo religioso” que se desarrolló principalmente entre católicos en Francia, pero también, y simultáneamente, en pequeños núcleos judíos y protestantes de Alemania, en las décadas de 1930 a 1950. Las raíces del «personalismo» habría que buscarlas en la ética fenomenológica de JASPERS y de Max SCHELER (autor de NATURALEZA Y FORMAS DE LA SIMPATÍA; EL SENTIDO DEL SUFRIMIENTO; EL GENIO, EL HÉROE, EL SANTO; LA IDEAL DEL HOMBRE Y LA HISTORIA, etc.) así como en la filosofía de ALAIN, un profesor de bachillerato que consiguió una singular audiencia (entre sus alumnos estuvo, por ejemplo, Simone WEIL) en ambientes cristianos.

El «personalismo» no propugna una filosofía de la historia, ni una antropología, ni una teoría política, sino que se tiene a sí mismo por un movimiento de acción social de tipo cristiano que une fuertes elementos comunitarios con la reflexión conceptual de raíz teológica sobre el sentido transcendente de la vida. De ahí que a los personalistas no les guste considerase como militantes de un sistema o de una “ideología”, sino que asumen el personalismo como una “orientación” de la vida en sentido comunitario. Así el «personalismo» consiste, más que en una teoría cerrada, en una “matriz filosófica” cristiana, o una tendencia de pensamiento dentro de la cual son posibles matices muy diversos pero que tiene en común asumir la perspectiva creyente y la condición dialógica de la persona, es decir, la apuesta por el diálogo comunitario, como condición que hace posible la filosofía. Para comprender su propuesta es necesario asumir, casi como un axioma, o como una regla de vida, que “persona” significa mucho más que “hombre”, e incluso simboliza lo contrario de “individuo”.

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