El Sí a la refinería tiene tongo.Faustino Lobato.
El SÍ a la refinería tiene tongo. Faustino Lobato.(13-3-06)
http://www.extremaduraaldia.com/faustino_lobato/el_si_a_la_refineria_tiene_tongo.html
La actitud de quienes gestionan el proyecto de la refinería es escandalosa porque, antes de recibir la respuesta afirmativa de Madrid, una vez presentada la memoria al ministerio, el grupo Gallardo ya se dispone a comprar terrenos para el oleoducto desde Huelva. Esta noticia aparecía, hace una semana, en el diario regional Hoy. Tan seguros están del SI ministerial que actúan invirtiendo en infraestructuras. De ser cierta la noticia, el gobierno autonómico, parte interesada en este asunto, daría una vez más prueba de una prepotencia que roza lo dictatorial.
Con semejante situación me pregunto: ¿Qué habremos hecho de mal los extremeños para merecer esta pena? ¿ no ser más asertivos en su momento? Ahora lo estamos siendo. ¿Consentir, con actitud servil, todo lo que dice el que se cree“dueño del cortijo”? No creo, hasta el momento se ha protestado por todas partes, basta con tirar de hemerotecas para ver como el pueblo llano se ha manifestado o con leer los artículos de REFINERÍA NO que este periódico digital publica.
Cuando la voz de parte del pueblo no se escucha y se persiste en actitudes absolutistas se reaviva la Extremadura profunda, esa del “señorito y el jornalero agradecido” volviendo a las antiguas tesis del siglo XVIII, donde el poder se aprovechaba de la ignorancia de los súbditos. En Extremadura sigue habiendo bastante analfabeto virtual, porque no basta con saber leer, y manejar las cuatro reglas, sino que además hay que tener espíritu crítico, saber interpretar la letra grande y la pequeña. La falta de espíritu crítico hace que muchos aplaudan con escasos argumentos y los que los encuentran se salen hasta de las filas del PSOE. Bueno, dentro de sus filas también hay personas molestas con todo esto, pero el silencio es la mejor forma de evitar disgustos de partido. Aunque mantenerse al margen, no participando de estas formas “pantagruélicas” de la política, no tiene excusas. Así, también se apoya el desastre social. Por otro lado, la oligarquía propiciada en este proyecto hace que al partido socialista le quede de izquierda tan sólo el nombre. Unas siglas no suponen nada cuando los hechos no obedecen a un ideario.
Da que pensar en estas actitudes que son propias de los que están seguros que no van a ser castigados en las urnas. Todavía hay mucho beneficio que agradecer. Que se lo pregunten a los que cobran el subsidio agrario, o a los del PER . Cuanto personal dependiente, algunos forman ese grupo que podríamos llamar la institución del perezoso que cobran un sueldo por no hacer nada.¡Cuanto hay que revisar! En definitiva, todavía hay bastantes personas que se las convence y se las compra por el interés del puesto. Todo forma ese conjunto de decir SÍ, que no dudo que en algunos esté desprovisto de intereses, pero no en la mayoría. El Sí a la refinería tiene tongo.
¿Por qué no saldremos de nuestro oscurantismo individualista?¿Por qué beneficiarse del carné para saltar puesto o para obtenerlos? Para los que creemos en la política es un descrédito que ésta se convierta en un negocio. Me parece vergonzoso que todavía se siga diciendo SI a un proyecto que hace aguas por todas partes. ¿Por qué empeñarnos en decir SI a las petroquímicas cuando es el NO el que procede, ahora que la cultura del petróleo se vuelve pasado?
Vamos a ver qué dice el ministerio. Se necesita un buen juicio salomónico para acertar ante todo el ingente de extremeños y extremeñas que decimos NO a la refinería, argumentándolo con datos técnicos y fiables. La propuesta del sí se contiene, especialmente, en la simpleza de decir que hay que industrializar Extremadura, como si esta región fuera un desierto. ¿ Dónde están entonces las rentables industrias del vino y otras muchas que todos conocemos ? No me vale con decir que las industrias que existen son empresa privada por que “privadísisima” y privilegiadísima es esta otra que se empeña en acometer una refinería.
De todas formas la historia, este devenir del tiempo, tiene la última palabra y pondrá a todos en su sitio. Así lo espero. Si el proceso dialéctico no falla, los ciudadanos serán dueños de su propia historia y no aquellos que se consideran sus amos.
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