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Acto en Mérida. CONTRA LA REFORMA LABORAL - CONTRA LA PRECARIEDAD.

Acto en Mérida. CONTRA LA REFORMA LABORAL - CONTRA LA PRECARIEDAD.  

TIEMPOS PRECARIOS

 

CONTRA LA REFORMA LABORAL - CONTRA LA PRECARIEDAD.

 Viernes, 9 de Junio 20:00 horas en el HOTEL VELADA de Mérida C/ Princesa Sofía s/n.

INTERVIENEN:

                         PEDRO TORRES .(Area movimiento Obreo de I.U. Mérida).

                        VICTOR CASCO. (Coordinador General de I.U. Extremadura).

                        AGUSTIN MORÁN . (Centro de Asesoría y Estudios Sociales -CAES).

                        MANUEL CAÑADA .

Manolo Cañada nos remitía hace unos meses la nueva versión escrita de la inmortal película chaplinesca Tiempos Modernos. Aún cuando Chaplin realizó su película en pleno auge del sonoro, lo que quería describir, la terrible consolidación de la sociedad fordista y brutal en los años 30 de los EE.UU.  requería en casi todos los momentos de la palabra muda, del gesto simplemente, de la sonrisa triste y amarga.

 

Tiempos Precarios, la nueva modernidad. Tiempos precarios donde todos se condenan a vivir una vida de incertidumbre y de miedos… miedo a no poder consumir, miedo a no poder comer, miedo a no poder trabajar…

 

Leo en la última publicación de Jorge Riechmann un díptico digno de ponerse en los frontones de entrada a todas las instituciones públicas, en particular: el SEXPE, el BANCO DE ESPAÑA  y el CONGRESO DE DIPUTADOS:

 

“Y donde te digan “bienvenido al paraíso”, sal corriendo”

 

Por cierto, que el libro de Riechmann (Resistencia de los materiales. Ensayos sobre el mundo y la poesía y el mundo. 2006 Ed. Montesinos) es sobre todo una invitación a la lucha y a la comprensión de la sociedad que nos rodea para cambiarla:

 

“Giran los espartacos intentando fisurar la malla que nos tapa el cielo. Lo digo, lo repito formalmente: no tenemos derecho a la desesperanza”.

 

Con ese ánimo, fisurar la malla que nos tapa el cielo, se ha convocado un Acto-Debate contra la Reforma Laboral y la Precariedad el próximo viernes, 9 de junio a las 20:00h en el Hotel Velada de Mérida. Allí estarán Manuel Cañada, Agustín Morán del CAES y yo mismo. Allí esperamos, sobre todo, abrir el debate y la caja de las luchas.

 

Víctor Manuel Casco Ruiz

 

Ved aquí el mocerío. A ver ¿quién compra  

este de pocos años, de la tierra del pan, de buen riñón, de mano sobria para la siega; este otro, de la tierra del vino, algo coplero, de tan corta talla y tan fuerte brazo, el que más rinde en el trajín del acarreo? ¡Cosa regalada! Claudio Rodríguez: “La contrata de mozos”
Agucemos el oído. Escucharemos hablar a trabajadores “mondos y lirondos” con naturalidad pasmosa de “el mercado”. El mercado, como una fuerza telúrica, ineluctable, sagrada. El mercado como un dios regulador de haciendas y vidas. Y el mercado de trabajo como otra parcela más del gran latifundio de los hados.

En la sociedad capitalista “el trabajador queda rebajado a mercancía, a la más miserable de todas las mercancías” 4. En el capitalismo, el trabajo, como plasmara vigorosamente Marx, “no sólo produce mercancías, se produce también a sí mismo y al obrero como mercancía”. Esta certeza, que constituía un conocimiento acumulado por los obreros a través de la historia y transmitido generacionalmente, ha sido arrumbada en los últimos años. Hoy es fácil encontrarse a licenciados universitarios que, a pesar de tener que malvivir durante años como teleoperadores, se abonan al “mito de la transitoriedad” 5 y a la ficción de la libertad de trabajo.

Frente al autismo de quienes se enrolan (e intentan enrolar a los demás) en el engaño de la “democratización” del mercado de trabajo, hay que volver al principio, a las certidumbres elementales. “Aquí no hay derecho al trabajo sino permiso de trabajo por parte de los empresarios; el derecho del empresario a obtener plusvalía tiene más fuerza que el derecho al trabajo y a un salario digno de todos los trabajadores” 6.

El problema no es que “el mercado de trabajo funcione mal”, sino que el trabajo mismo constituya un mercado. Salirse de “la calandria dominante” es una condición indispensable siquiera para imaginar una sociedad distinta en la que el trabajo se libere del yugo del salario y de la alienación, y se atreva a preguntarse “qué, para qué y con qué consecuencias se produce”

                                                                                                        Manolo Cañada.

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