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Cerrar Almaraz

Cerrar Almaraz

Desde Plataforma Antinuclear Cerrar Almaraz. Queremos volver a llamar la atención de la
población que vivimos en el entorno de centrales nucleares.


El peligro al que estamos expuestos continuamente como un terremoto, algo natural
como el ocurrido en Japóny que nos a demostrado el riesgo que corremos, innecesareamente                 para que se puedan forrar las electricas.

 

Para Ecologistas en Acción, el terremoto en Japón vuelve a poner en la palestra el riesgo nuclear. A pesar de los estudios hechos previamente para evitar el problema de los terremotos, las central japonesa ha sufrido gravemente sus efectos, poniendo de manifiesto que es imposible garantizar de forma absoluta la seguridad nuclear.

Al menos, las zonas del mundo con actividad sísmica deberían quedar expeditas de instalaciones nucleares.

Las dos fugas de agua radiactiva, junto con la ruptura de los contenedores de los residuos de media y baja actividad, que dieron lugar casi con toda probabilidad a otras fugas radiactivas, y el incendio de un transformador de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, son los efectos que muestran a las claras que la seguridad nuclear estaba lejos de ser satisfactoria en dicha central. Más aún, los explotadores de la planta, pertenecientes a la empresa Tepco, se apresuraron a restar importancia al incidente, ocultando las fugas a las autoridades, en lugar de acotar el incidente y de minimizar sus efectos. Lo mismo cabe decir de algunos expertos occidentales que se han apresurado a restar importancia al incidente, antes de conocerlo a fondo. A la vista de los datos cabe decir que la seguridad del complejo nuclear no está garantizada y que es posible que la radiactividad escapada al exterior sea considerable, aunque, desde luego, muy por debajo de la que escapó en Chernobil.

Es Japón un país con alta actividad sísmica y, por tanto, cuenta con una avanzada tecnología para minimizar los efectos de los terremotos sobre los edificios. Japón es también un país que ha apostado decididamente por la energía nuclear y sus centrales nucleares deberían estar diseñadas para soportar el máximo terremoto sin sufrir daños. Pues bien, en Kashiwazaki-Kariwa, un gran complejo nuclear con siete reactores, se ha demostrado que la cadena de seguridad ha fallado. O bien los estudios de sismicidad no eran completos, o la tecnología dispuesta para soportar los terremotos no era lo suficientemente avanzada, o los responsables de la central relajaron las medidas de seguridad.

Según Ecologistas en Acción los tres supuestos anteriores viene a poner de manifiesto las tres posibles líneas de fallo de la seguridad de la energía nuclear. En primer lugar, el conocimiento de muchos fenómenos Geológicos es limitado y muchos fenómenos graves, como los terremotos, son impredecibles. Recientemente se produjo en Escopete (Guadalajara, no lejos de la planta de Zorita) un terremoto de intensidad 4 (mucho menos grave que el que se ha producido en Japón), que sorprendió a todos los expertos en sismología. En segundo lugar, la tecnología nuclear no está suficientemente madura, puesto que no puede garantizar la seguridad pasiva de las instalaciones. Y en tercer lugar, los explotadores de las centrales nucleares pueden cometer errores y, consciente o inconscientemente, rebajar las medidas de seguridad. Recientemente hemos tenido el ejemplo de Vandellós II (Tarragona) en nuestro país.

Para Ecologistas en Acción todos estos hechos muestran a las claras que, si bien se ha avanzado mucho a partir de los accidentes de Chernobil y Three-Miles-Island, la seguridad nuclear sigue siendo un problema sin resolver por esta tecnología. Aunque los accidentes nucleares sean afortunadamente improbables, todavía podemos tener sorpresas desagradables de esta tecnología. Lo más sensato sería, por tanto, proceder al cierre escalonado de las nucleares.

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