“Aldea Moret: dos años de lucha social”.
En este mundo todo está bajo control
¿Todo?: No.
Una aldea poblada por irreductibles galos,
resiste ahora y siempre al invasor con una poción mágica
que les hace invencibles: el cerebro.
La Polla Records. No somos nada.
El presente y el futuro de Aldea Moret no se pueden entender sin analizar estos dos últimos años de lucha social. Existe una Aldea Moret anterior al 2005 y existirá una Aldea Moret posterior al 2006. Los dos años mencionados son un paréntesis en la carrera de fondo que representa nuestro objetivo final: recobrar la dignidad perdida del barrio obrero que le regaló la modernidad a la ciudad de Cáceres. El ferrocarril en Cáceres es debido a la explotación minera de Aldea Moret. El Antiguo Poblado Minero de Aldea Moret, hoy amenazado de muerte, es un ejemplo de planeamiento urbano moderno a pesar de que en Cáceres, en el 2006, no se haya aprendido nada y se siga construyendo sin tener en cuenta aquello que saben hasta los niños: “Hacer viviendas, no es hacer ciudad”.
El cerebro y la inteligencia han sido, son y serán las únicas armas válidas en esta lucha por recobrar la dignidad y combatir el abandono institucional. La Asociación Socio-Cultural “Aldea Moret”, desde su constitución, decidió participar del sistema con una clara intención: dinamitarlo desde dentro. En los tiempos que corren, no es posible, por ahora, la autogestión por lo que las riendas de nuestro destino dependen de muchas manos. Y una de estas manos son las del sistema, injusto donde los haya. Y la injusticia, en Aldea Moret, que no es distinta a la de otras periferias víctimas del olvido, tiene forma de precariedad en todos los sentidos. Muchas mujeres de Aldea Moret, verdaderas protagonistas de la modernidad de Cáceres (no olvidemos que fueron las que criaron a los niños, cuidaron a los enfermos, trabajaron en el campo y alimentaron a sus maridos mientras estos trabajaban en el interior de la tierra), han recogido un testigo que no les rinde justicia. Muchas de las mujeres de Aldea Moret son las encargadas de limpiar la trastienda de Cáceres. Empleadas del hogar cuyos derechos laborales y sociales, en muchos casos, no están reconocidos.
Aldea Moret no está aislada a pesar de las barreras físicas y los nefastos planes de urbanismo que la han aislado físicamente. Aldea Moret oye, ve y siente. Y lo que siente es que, por desgracia, no es la única víctima del Capital: el verdadero “Eje del Mal”. Un capital en forma de “corralito” en Argentina. Estos hermanos que hablan nuestra misma lengua son uno de los mejores ejemplos de que la cosa no va nada bien. Y estoy siendo muy optimista. Situada Aldea Moret en el mundo. Vamos a lo local.
En estos momentos, después de dos años de lucha social, para describir lo local, podemos hablar de realidad y de sueño. La realidad: hoy, en Aldea Moret, existe una pequeña resistencia local que está combatiendo el abandono institucional. Se trata de una pequeña resistencia local débil pero que hace gala de su mejor arma: el cerebro. Si no nos cuidan los jardines, una brigada de mujeres limpian y riegan su jardín. Si nuestros responsables políticos no difunden el patrimonio minero de Aldea Moret e incluso quieren arrasar con él, los vecinos del barrio organizan paseos-guiados por el poblado y la arqueología minera de Aldea Moret y contribuyen a crear una Plataforma Ciudadana para salvar el poblado. Si la Administración no vela por la salud y el bienestar de la ciudad de Cáceres, un movimiento espontáneo en Aldea Moret se organiza para espantar el mal olor del proyecto Eco-Parque-Basurero. Si a la Administración no le interesa el bienestar de las personas alojadas en el chabolismo vertical de Aldea Moret, los vecinos del barrio elaboran propuestas viables como es un realojo parcial con el fin de descongestionar la barriada pero siempre teniendo en cuenta las necesidades y cultura de las personas que ocupan esas viviendas (hablamos de personas y no de ganado, cosa que la Administración no tiene muy claro). Si a la Administración no le interesa dar a conocer la realidad social de Aldea Moret, los vecinos organizan jornadas de puertas abiertas del barrio en las que, a través de la convivencia, se da a conocer la realidad del barrio, su lado bueno pero también el lado oscuro del corazón del mismo, que lo tiene.
Para hablar del sueño, hago mía la idea de un compañero del Foro Social de Cáceres: la pequeña resistencia local de Aldea Moret tiene que unirse a la pequeña resistencia local de la Mejostilla (que la hay), tiene que unirse a la pequeña resistencia local de San Blas (que también la hay), es decir, la pequeña resistencia local de Aldea Moret, tiene que unirse a todas las pequeñas resistencias locales de Cáceres. Como dice mi compañero, sólo se trata de acercarse a los barrios y de contactar con esas personas afines. Lo demás, vendrá por sí mismo.
Por lo tanto, vemos que Aldea Moret no es una realidad nueva (como muchas periferias es olvidada y utilizada para esconder aquello que nadie quiere), pero somos conscientes que puede contribuir (no olvidemos lo de la carrera de fondo) a esa solución global que el sistema necesita. Podemos decir que Aldea Moret está en el camino, fruto de ello es su pequeña resistencia local. Que el proyecto social global de la pequeña resistencia local de Aldea Moret tenga sentido o no, depende: primero, del fortalecimiento de las alianzas en el seno de la propia resistencia local de Aldea Moret y en el propio barrio de Aldea Moret. Segundo, fortalecidas estas alianzas, hay que cuidar y mimar a todas aquellas asociaciones y personas venidas de fuera para trabajar desinteresadamente por Aldea Moret. Tercero: la unión de pequeñas resistencias locales de Cáceres.
La Asociación Socio-Cultural “Aldea Moret” desde su gestación tuvo claro la necesidad de crear un tejido social en el barrio. Ahora bien, pese a la opinión de sus detractores, siempre se ha apostado por un tejido social horizontal, sin líderes, sin ídolos, sin consignas pero desde la izquierda, no nos vamos a engañar. Hace dos años, en Aldea Moret, las asociaciones de vecinos, en general, se movían gracias a la iniciativa de su presidente. En algunos casos esto no ha cambiado. Pero es mérito de la Asociación Socio-Cultural “Aldea Moret”, el tener una visión global del barrio para poder actuar en él y el haber tenido en la asamblea su lugar de encuentro y de decisión. Una asamblea que habrá que reforzar en el futuro o una metodología interna de la asociación que habrá que revisar y mejorar. Pero los cimientos están claros y son lo mejor para el barrio de Aldea Moret. Esta horizontalidad en el barrio de Aldea Moret ha sido la clave para el establecimiento de alianzas. Al no haber un líder o un dogma a seguir, ha sido posible el trabajo con la CNT y la CGT, con las Juventudes Comunistas y con las Juventudes Obreras Cristianas. Un movimiento social horizontal es de lo que adolecía Aldea Moret. El unir a la CNT y a la CGT luchando juntas en Aldea Moret es un claro ejemplo de trabajo común, solidario y horizontal. El unir a las Juventudes Comunistas y a las Juventudes Obreras Cristianas, es otro ejemplo de ello.
Decíamos que para describir el movimiento local de Aldea Moret, podíamos hablar de realidad y de sueño. Rizando aún más el rizo, mi sueño es que en el barrio desaparezcan las asociaciones dando paso a un ciudadano crítico, de espíritu libre. Un ciudadano que, de participar en el sistema democrático mediante el voto, defienda y haga ver a los políticos que no están cumpliendo y le haga cumplir el programa establecido (el programa que se vendió en la campaña electoral). Ahora que hablamos de política, hasta este momento hemos estado hablando de Acción Social, vamos a recordar que el movimiento social actual de Aldea Moret no necesariamente tiene que caminar de forma paralela a lo que dicten los partidos políticos de turno. Y ahora, podemos aprovechar para recordar cuándo el político se separó del ciudadano en Aldea Moret. Sucedió en el momento en el que el primero dejó de escuchar al segundo. De esta manera, muchos de los proyectos que han fracasado en Aldea Moret han sido por esta razón. Quizá el ejemplo más claro de este fracaso ha sido el chabolismo vertical que se generó en el barrio como consecuencia de un planeamiento urbanístico que no escuchó al ciudadano que vivía en el barrio y al ciudadano que iba a disfrutar de la vivienda social. Continuando hablando de política, abstención, voto en blanco o voto y defensa del voto, el movimiento social de Aldea Moret tiene que ser consciente que ha de formarse así mismo y no poner en manos de la política oficial todo su futuro. Hoy, más que nunca, es necesario reinventar nuevas formas de Democracia, ya que, ésta no sólo es el deporte de la papeleta y la urna. Y estas nuevas formas de Democracia dependen de la lucha de la pequeña resistencia local de Aldea Moret y del resto de resistencias locales. La calle tiene que ser un lugar de encuentro, de comunicación. Las asambleas vecinales en Aldea Moret celebradas en la calle este verano son un verdadero ejemplo de lo que estamos comentando. Y un verdadero ejemplo de freno a la vida en la calle lo constituye la aprobación de la Ordenanza Municipal Reguladora de la Convivencia Ciudadana y de la Protección del Entorno Urbano. A pesar de todas las trabas, la calle seguirá siendo un lugar para hablar, para desahogarse, para intercambiar experiencias, para saber que aunque tenemos un problema, no estamos solos. Y la acción directa de la calle a veces es necesaria llevarla al pleno municipal. Y los gritos y las malas formas de unos ciudadanos olvidados y de una realidad olvidada (lo primero queda justificado con lo segundo), como es la de Aldea Moret, tienen su fruto y hace que la corporación municipal se replantee la necesidad de que los ciudadanos puedan hablar en los plenos. Hasta la fecha, el ciudadano no tiene voz en el pleno.
Y así seguimos, en nuestra carrera de fondo. A veces alegres y otras veces desanimados. Y este texto se acaba de manera radical, probablemente habiendo perdido, hace mucho, el hilo inicial. No puede tener fin porque la carrera todavía no ha acabado. Podríamos recrearnos en nuestras pequeñas victorias o en nuestras grandes derrotas. Pero en lugar de eso, el texto acaba y el que aquí escribe, se esforzará todavía más para seguir en la brecha, probablemente de manera más discreta, pasando más tiempo en la calle para no perder la realidad de lo que soy.
Juan Jesús Tato González. Miembro de la Asociación Socio-Cultural “Aldea Moret” y del Foro Social de Cáceres “Otro Mundo Es Posible”.
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